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Evelyn perez

Dios al Padre

Dios al Padre

 

EL PADRE COMO LA PRIMERA PERSONA

Se indica que hay tres Personas en la Trinidad -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-y que ellas son un solo Dios. La Primera Persona es designada como el Padre. Por lo tanto, el Padre no es la Trinidad, el Hijo no es la Trinidad y el Espíritu tampoco es la Trinidad. La Trinidad incluye las tres Personas. Aunque la doctrina del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo está presentada en el Antiguo Testamento y estos términos se dan a las Personas de la Trinidad, el Nuevo Testamento define y revela la doctrina total. Y en esta revelación neotestamentaria el Padre aparece eligiendo, amando y dando; el Hijo se revela sufriendo, redimiendo y sustentando; mientras que el Espíritu se manifiesta regenerando, impartiendo poder y santificando. La revelación del Nuevo Testamento se centraliza en revelar a Jesucristo, pero a la vez, presentando a Cristo como el Hijo de Dios, la verdad de Dios el Padre es de esta manera revelada. Dado el orden irreversible del Padre mandando y comisionando al Hijo, y el Hijo mandando y comisionando al Espíritu Santo, el Padre se designa correctamente en teología como la Primera Persona sin rebajar en ninguna manera la inefable deidad de la Segunda o la Tercera Persona.

En la revelación concerniente a la paternidad de Dios pueden observarse cuatro aspectos diferentes:

1) Dios como el Padre de toda la creación

2) Dios el Padre por relación íntima;

3) Dios como el Padre de nuestro Señor Jesucristo, y 4) Dios como el Padre de todos los que creen en Jesucristo como Salvador y Señor.

B. LA PATERNIDAD SOBRE LA CREACION

Aunque las tres Personas participaron en la creación y sostenimiento del universo físico y de las criaturas que existen en él, la Primera Persona, o sea Dios el Padre, en una manera especial es el Padre de toda la creación. De acuerdo a Efesios 3:14-15, Pablo escribe: «Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.» Aquí toda la familia de criaturas morales, incluyendo ángeles y hombres, son declaradas para constituir una familia de la cual Dios es el Padre. De una manera similar, en Hebreos 12:9 la Primera Persona es nombrada como «el Padre de los espíritus», lo que parece otra vez incluir todos los seres morales tales como ángeles y hombres.

De acuerdo a Santiago 1:17, la Primera Persona es el «Padre de las luces», una expresión peculiar que parece indicar que Él es el originador de toda luz espiritual. En Job 38:7 los ángeles se describen como hijos de Dios (Job 1:6; 2:1). A Adán se le refiere como de Dios por creación en Lucas 3:38, por implicación, un hijo de Dios. Malaquías 2:10 hace la pregunta: « ¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?»

Pablo, dirigiéndose a los atenienses en la colina de Marte, lo incluyó en este argumento: «Siendo, pues, linaje de Dios» (Hch. 17:29). En 1 Corintios 8:6 se hace la declaración: «Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas.»

En las bases de estos textos hay suficiente campo para concluir que la Primera Persona de la Trinidad, como el Creador, es el Padre de toda la creación, y que todas las criaturas que tienen vida física deben su origen a Él. Solamente en este sentido es correcto referirse a la paternidad universal de Dios. Todas las criaturas participan en este sentido en la hermandad universal de la creación. Esto no justifica, sin embargo, el mal uso de esta doctrina por los teólogos liberales para enseñar la salvación universal, o que cada hombre tiene a Dios como su Padre en un sentido espiritual.

C. LA PATERNIDAD POR UNA ÍNTIMA RELACION

El concepto y relación del padre y el hijo se usan en el Antiguo Testamento en muchas instancias para relacionar a Dios con Israel. De acuerdo a Éxodo 4:22, Moisés instruyó al Faraón: «Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.» Esto era más que ser meramente su Creador y era menos que decir que ellos eran regenerados, pues no todo Israel tenía vida espiritual. Afirma una relación especial de cuidado divino y solicitud para con Israel similar a la de un padre hacia un hijo.

Prediciendo el favor especial sobre la casa de David, Dios reveló a David que su relación hacia Salomón sería como de un padre hacia un hijo. El dijo a David: «Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo» (2 S.7:14). En general, Dios declara que su cuidado como un Padre será sobre todos quienes confían en El como su Dios. De acuerdo al Salmo 103:13, la declaración se hace: «Como el padre se compadece de sus hijos, se compadece Jehová de los que le temen.»

D. EL PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

La revelación más importante y extensa con respecto a la paternidad de Dios se relaciona con la vinculación de la Primera Persona a la Segunda Persona. La Primera Persona se describe como «el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo» (Ef. 1:3). La revelación teológica más comprensiva del Nuevo Testamento es que Dios el Padre, la Primera Persona, es el Padre del Señor Jesucristo, la Segunda Persona.

El hecho de que Jesucristo en el Nuevo Testamento se refiere frecuentemente como el Hijo de Dios, y que los atributos y obras de Dios le son constantemente asignados, constituye de una vez la prueba de la deidad de Jesucristo y la doctrina de la Trinidad como un todo, con Cristo como la Segunda Persona en relación a la Primera Persona, como un hijo está relacionado a un padre.

Los teólogos, desde el siglo l han luchado con una definición precisa de cómo Dios es el Padre de la Segunda Persona. Obviamente los términos «padre» e «hijo» son usados de parte de Dios para describir la íntima relación de la Primera y Segunda Persona, sin cumplir necesariamente todos los aspectos que serían verdaderos en una relación humana de padre e hijo. Esto es especialmente evidente en el hecho de que ambos -el Padre y el Hijo- son eternos. El error de Arrio en el siglo IV, que el Hijo fue el primero de todos los seres creados, fue denunciado por la Iglesia temprana como una herejía, en vista del hecho de que la Segunda Persona es tan eterna como la Primera Persona.

Algunos teólogos, mientras que afirmaban la preexistencia de la Segunda Persona, han intentado empezar el papel de la Segunda Persona como un Hijo en algún tiempo en la creación, en la Encarnación, o en algún punto subsiguiente de especial reconocimiento hacia la Segunda Persona, como su bautismo, su muerte, su resurrección o su ascensión. Todos estos puntos de vista, sin embargo, son falsos, ya que la Escritura parece indicar que la Segunda Persona ha sido un Hijo en relación a la Primera Persona desde toda la eternidad.

La relación de Padre e Hijo, por lo tanto, se refiere a la deidad y unidad de la Santa Trinidad desde toda la eternidad, en contraste a la Encarnación, en la cual el Padre estaba relacionado a la humanidad de Cristo, la cual empezó en un tiempo. Dentro de la ortodoxia, y en conformidad a ella, las palabras del Credo de Nicena (325 d.C.) -en respuesta a la herejía arriana del siglo IV- declaran: «el Unigénito Hijo de Dios, engendrado del Padre antes que todos los mundos; Dios de dioses, Luz de luz, Dios absoluto, engendrado, no hecho, siendo de una sustancia con el . En igual manera, el Credo de Atanasio declara: «El Hijo es del Padre solamente; no hecho ni creado, sino engendrado... desde la eternidad de la sustancia del Padre.»

Usando los términos e para describir la Primera y Segunda Personas, los términos son elevados a su más alto nivel, indicando unidad de vida, unidad de carácter y atributos, y aun una relación en la cual el Padre pudiera dar y enviar al Hijo, aun cuando esto se relaciona esencialmente con la obediencia del Hijo muriendo en la cruz. La obediencia de Cristo está basada sobre su calidad de Hijo, no en ninguna desigualdad con Dios el Padre en la unidad de la Trinidad.

Mientras que la relación entre la Primera y la Segunda Personas de la Trinidad es en realidad como la de un padre con su hijo y la de un hijo con su padre (2 Co. 1:3; Gá. 4:4; He. 1:2), el hecho en sí de esta relación ilustra una verdad vital que para hacerse accesible a nosotros condesciende a expresarse en la forma de pensamiento que corresponde a una mente finita.

Aunque brevemente mencionada en el Antiguo Testamento (Sal. 2:7; Is. 7:14; 9:6-7), es una de las enseñanzas más amplias del Nuevo Testamento, como puede verse en los puntos que señalamos a continuación:

Inspirada por Dios

Inspirada por Dios

  La Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios, en el sentido de que Dios ha guiado personalmente a sus escritores. La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores humanos. Al formar las Escrituras, es cierto que Dios empleó a escritores humanos; pero esos hombres, aunque no pudieran haber comprendido todo lo que estaban escribiendo, sin embargo, bajo la guía de Dios y su mano directriz, produjeron los 66 libros que forman la Biblia, en la cual se halla una fascinante continuidad y una constante evidencia de la obra del Espíritu Santo dirigiendo sus plumas.

Por tanto, aunque escrita por medios humanos, la Biblia es el mensaje de Dios al hombre, más bien que un mensaje del hombre para su prójimo. Sin importar si las palabras registradas son las que Dios dictó literalmente, las copias halladas de antiguos códices y los resultados de la investigación acerca de los autores humanos, o de sus pensamientos, aspiraciones y temores, demuestran que en cada detalle Dios guió a esos hombres de tal forma que lo que ellos escribieron fue precisamente lo que Dios intentó que escribieran, con el resultado, pues, de que la Biblia es, ciertamente, la Palabra de Dios. Aunque ciertos pasajes de la Biblia puedan diferir notablemente en su carácter, todas y cada una de las palabras de la Escritura son igualmente inspiradas por Dios.

La doctrina de la inspiración, precisamente por ser sobrenatural, presenta algunos problemas para la comprensión humana. ¿Cómo puede un autor humano, registrando sus propios pensamientos y sus conocimientos, ser guiado para escribir exactamente lo que Dios desea que escriba? Precisamente por existir preguntas como ésta, se han aventurado algunas opiniones, como la de la extensión del control divino sobre los autores humanos. Existen diversas «teorías de la inspiración», y todos los intérpretes de la Biblia siguen alguna de tales teorías. La perspectiva de la inspiración aceptada por el comentarista es el fundamento sobre el cual están construidas todas las interpretaciones de la Biblia, y por tal motivo es preciso prestar una cuidadosa atención a la verdadera perspectiva de la inspiración.

A. TEORIAS DE LA INSPIRACION

1. Inspiración verbal y plenaria. En la historia de la iglesia, la visión ortodoxa de la inspiración ha sido descrita como verbal y plenaria. Por inspiración verbal se quiere significar que el Espíritu de Dios fue quien guió la elección de las palabras usadas en los escritos originales. Sin embargo, la Escritura indica la factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las características personales del escritor, en estilo y vocabulario, y con frecuencia sus personalidades están expresadas en sus pensamientos, opiniones, plegarias o temores. No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la Biblia, la doctrina de la inspiración plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto se pone de relieve por el uso de la palabra «plenaria», que significa «completa inspiración», como término opuesto a los puntos de vista que afirman que sólo hay una parcial inspiración en la Biblia.

Otras palabras descriptivas adicionales se añaden con frecuencia para aclarar lo que es la doctrina ortodoxa. Se declara que la Escritura es infalible en el sentido de ser precisa e inmune a todo error. También se declara que la Escritura es inerrable, significando con ello que la Biblia no contiene ningún error, como declaración de hecho. Aunque la Biblia puede registrar en ocasiones declaraciones de los hombres que no son ciertas, o incluso palabras de Satanás, como en Génesis 3:4, en todos esos casos, aunque la declaración atribuida a Satanás o a los hombres está fielmente registrada, está claro que Dios no afirma la verdad de tales declaraciones. Al afirmar que la Biblia está verbal y totalmente inspirada, además de ser inerrable e infalible en sus declaraciones de la verdad, se sostiene que la guía perfecta y sobrenatural de Dios es suministrada a toda palabra de la Escritura, de tal forma que la Biblia pueda ser considerada como una precisa y exacta declaración de la verdad divina.

La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión.

Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.

La Palabra de Dios

La  Palabra de Dios

            Incluso para un lector ocasional de la Biblia, pronto se pone de manifiesto que está leyendo un libro fuera de lo usual. Aunque cubre miles de años de la historia humana y está escrita por más de cuarenta escritores humanos, la Biblia no es una simple colección de escritos, sino todo un Libro que posee una fascinante continuidad. Se le llama «La Biblia», de la palabra griega biblos, que significa «Un libro». Su extraordinaria característica es debida al hecho de que es ciertamente la Palabra de Dios, aunque haya sido escrita por autores humanos.  

 

 

Se ofrecen dos líneas de evidencia que apoyan la conclusión de que la Biblia es la Palabra de Dios: 1) la evidencia interna; los hechos hallados en la propia Biblia y la propia afirmación de la Biblia concerniente a su origen divino; 2) la evidencia externa; la naturaleza de los hechos dados en la Escritura, que apoyan su carácter sobrenatural.

 

La continuidad de la Biblia. Uno de los más sorprendentes y extraordinarios hechos respecto a las Escrituras es que, aunque fueron escritas por más de cuarenta autores que vivieron a lo largo de un período de más de 1,600 años, la Biblia es, no obstante, un Libro y no una simple colección de 66 libros. Sus autores proceden de los más diversos lugares y situaciones de la vida; hay reyes, campesinos, filósofos, hombres de Estado, pescadores, médicos, eruditos, poetas y agricultores. Vivieron en diferentes culturas, en diferentes experiencias existenciales, y con frecuencia fueron completamente distintos en carácter. La Biblia tiene una continuidad que puede ser observada desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

La continuidad de la Biblia puede ser constatada en su secuencia histórica que comienza con la creación del mundo presente hasta la de los nuevos cielos y la nueva tierra. El Antiguo Testamento revela temas doctrinales tales como la naturaleza del propio Dios, la doctrina del pecado, la de la salvación y el programa y propósito de Dios para el mundo como un todo, para Israel y para la Iglesia. La doctrina está progresivamente presentada desde sus principios en forma de introducción, hasta su más completo desarrollo. El tipo está seguido por el antitipo, la profecía por su cumplimiento. Uno de los temas continuados de la Biblia es la anticipación, presentación, realización y exaltación de la persona más perfecta de la tierra y los cielos, nuestro Señor Jesucristo. El relato de tan fascinante Libro, con su continuidad de desarrollo, exige un milagro mucho mayor que la inspiración en sí misma. De acuerdo con esto, los creyentes de la Escritura, si bien reconocen la factura humana de varios de sus libros, su continuidad y su guía se deben a la inspiración del Espíritu Santo.

2. La extensión de la revelación bíblica.

En su manifestación de la Verdad, la Biblia es inextinguible. Al igual que un telescopio, se adentra en el universo desde las infinitas alturas y profundidades de los cielos, hasta la tremenda hondura del infierno y capta las obras de Dios desde el principio hasta el fin. Como un microscopio, revela los más diminutos detalles del plan y el propósito de Dios y la perfectísima obra de la creación. Al igual que un estereoscopio, sitúa a todos los seres y objetos, tanto si están en los cielos como en la tierra, en correcta relación, los unos con los otros. Aunque muchos de los libros de la Biblia fueron escritos en los comienzos del conocimiento humano, en una época en que sus autores ignoraban por completo los modernos descubrimientos, lo que ellos escribieron, sin embargo, no ha sido nunca contradicho por posteriores descubrimientos, y los antiguos escritos de la Escritura se hallan sorprendentemente adaptados a modernas situaciones. En el amplísimo contexto de su revelación, la verdad bíblica alcanza horizontes insospechados que van más allá del descubrimiento humano, alcanzando, como de hecho lo hace, desde la eternidad del pasado, a la eternidad del futuro, revelando hechos que sólo Dios puede conocer. No existe otro libro en todo el mundo que haya intentado siquiera presentar la Verdad de un modo comprensible como lo hace la Biblia.

                                                                

LA CREACION DE DIOS....

LA CREACION DE DIOS....

La creación de Dios...

En el principio Dios creó el Cielo y la tierra. Y la tierra no tenía forma. Estaba vacía, cubierta de obscuridad y de agua. Entonces el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas y dijo Dios, "Sea la luz: y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas.

Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche: y fue la tarde y la mañana el primer día.

Dios creó la Tierra. Copyrighted.

Y dijo Dios: "Haya expansión de aire en medio de las aguas, y separe a las aguas de abajo de las aguas de arriba."

Y llamó Dios a la expansión "Cielos." Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

Y dijo Dios: "Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la tierra seca:" y fue así.

Y llamó Dios al suelo seco Tierra; y a la reunión de las aguas llamó Mares: y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: "Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semílla; árbol de fruto que dé fruto según su género," y fue así. Y vió Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

Sol y luna. Copyrighted.

Entonces dijo Dios: "Que haya lumbreras en los cielos." Y que sean para señales y para estaciones, y para días y años." Dios hizo dos lumbreras: el sol para que alumbre en el día, y la luna para que alumbre en la noche. Él hizo también las estrellas.

Y las estableció todas en los cielos, para alumbrar sobre la tierra, y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

Peces y pájaros. Copyrighted.

Y dijo Dios: "Produzcan las aguas criaturas vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra." Y creó Dios grandes ballenas y todos los seres que viven en el agua, y toda ave alada-todos produjeron según su género y especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: "Reprodúzcanse y multiplíquense." Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

Entonces dijo Dios: "Produzca la tierra seres vivientes." E hizo Dios animales de la tierra, el ganado, y todo animal que anda arrastrándose sobre la tierra--todos reproduciéndose según su especie y vio Dios que era bueno.

La creación de Dios. Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” Y formó Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, Y alentó en su nariz el aliento de vida; y el hombre se convirtió en un alma viviente.

Y creó Dios al hombre en su imagén, a imagen de Dios los creó; y los creó varon y hembra. Dios nombró al primer hombre Adán; y después Adán llamó el nombre de su mujer, Eva.

Garden of Eden. Copyrighted.
Y creó Dios al hombre en su imagén, a imagen de Dios los creó; y los creó varon y hembra. Dios nombró al primer hombre Adán; y despues Adán llamó el nombre de su mujer, Eva.

Y dijo Dios: "El hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer: y los dos serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban."

Y vio Dios todo lo que. El había hecho, y todo era muy bueno. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Y fueron acabados los cielos y la tierra. Y acabó Dios en el día séptimo su obra. Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó. Y había Jehová Dios plantado un huerto en Edén. El hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer.


Confianza a Dios

Confianza a Dios

La Confianza en Dios

En la vida siempre encontrarás sufrimientos, preocupaciones, problemas, pérdidas, enfermedades... pero debes llevarlos como hijo de Dios, sin agobios inútiles, sin rebeldía o tristeza. Jesús enseña lo que debes hacer si sientes que el mundo se te viene encima, cuando la cruz es grande y sientes que no puedes más.

LA TEMPESTAD CALMADA

Un día subió Jesús a una barca con sus discípulos y les dijo: ¨Crucemos a la otra orilla del lago¨. Mientras navegaban, Jesús se durmió. De repente se desencadenó una tormenta sobre el lago y la barca se fue llenando de agua a tal grado que peligraban. Se acercaron a Él y lo despertaron: ¨Maestro, Maestro, ¡estamos perdidos! Jesús se levantó y dió una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma. Después les dijo: ¿ Por qué tienen miedo? ¿dónde está su fe?.

 

LOS PROBLEMAS Y EL MIEDO

- Todos pasamos por situaciones difíciles en nuestra vida: debilidades personales, enfermedades, dolor, pérdida de un ser querido, dificultades en el trabajo o de dinero, problemas de los hijos o de los padres, calumnias, infamias, injusticias...y ¿ cuál es tu reacción?. Miedo, angustia, temor, excesiva preocupación.
Sabes ¿por qué? ... porque buscas apoyarte solamente en ti mismo, en lo que tú piensas, en lo que tú sientes, en lo que tú podrías hacer para resolver las cosas... te apoyas solamente en tus fuerzas humanas y casi siempre el problema es mucho más grande que tú.

Te olvidas de algo muy importante: Dios está siempre contigo, Él todo lo puede en todo momento. Él es tu seguridad. En momentos difíciles, Dios nunca se olvida de ti.

SI DIOS ESTA EN TU ALMA, LO DEMÁS ES PASAJERO

- Nunca olvides que fuiste creado por Dios para llegar a Él, para vivir eternamente en el cielo con Él y que todo lo de esta vida (por importante que parezca) es transitorio, es decir, que pasa.
- Esta es la medicina para barrer con los miedos.

A LO ÚNICO QUE SÍ HAY QUE TENERLE MIEDO

- Lo único a lo que debes tener gran temor y miedo en la vida es a pecar y a perder la amistad de Dios, porque entonces sí habrás perdido lo más importante

¿ POR QUÉ PERMITE DIOS QUE YO TENGA PROBLEMAS ?

- Cuando sientas que el mundo se te viene en-cima, que estás lleno de problemas piensa que:

A Dios lo que más le importa de ti, es que logres salvarte y a veces permite que vivas momentos difíciles o dolorosos porque sabe que esto te dará la oportunidad de estar más unido a Él, de ser mejor, más santo; en otras palabras que es bueno para tu camino de salvación. A veces el dolor purifica el alma, te hace que crezcas, seas mejor y sobre todo te da la oportunidad de ofrecerlo y de que ames más a Dios. En tus manos está el que aproveches esta oportunidad para ser más santo o para alejarte de Dios.

Compara lo anterior con esto: un padre ama tanto a su hijo enfermo que permite que el doctor le ponga una inyección, porque sabe que aunque en ese momento le duela, es por un bien mayor (curarlo y que esté sano). Tú, como el niño, aunque no entiendas, debes reflexionar que si tu Padre Dios permite ese dolor, es por un bien mayor.

¿ POR QUÉ CONFIAR EN DIOS ?

- ¨Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros y, sin embargo, el Padre del cielo, el Padre de ustedes las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves ?.

- Debes confiar en Dios porque sabes que Él es tu Padre y que te ama infinitamente, te ama mucho, mucho más de lo que tú te puedes imaginar. Si te ama, te escuchará, te ayudará y buscará tu bien.

- El hombre que reflexiona que es hijo amado de Dios, no pierde la tranquilidad, la paz y la alegría ni en los peores momentos.

 

¡ TODO ES PARA BIEN !

- Dios quiere lo mejor para ti, sabe lo que necesitas. Su mirada alcanza esta vida y la eternidad . Él sabe bien lo que hace y lo que permite. Todo está dirigido para tu bien.
Aprende a ver el amor que Dios te tiene tanto en las cosas buenas que te pasan como en las adversidades.

EL AFÁN DE CADA DIA

- En el Evangelio nos dice Jesús: ¨No andéis agobiados por el día de mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. Le basta a cada día su propia preocupación.
- El ayer ya pasó, el mañana no sabes si llegará para ti. No hay razón para andar angustiado y agobiado por qué pasará el día de mañana.

Dios te dará las fuerzas necesarias para enfrentar lo que traiga consigo.
- Lo que importa es el hoy: es el que tienes para amar y santificarte. A veces puedes sufrir la tentación de querer dominar también el futuro y olvidas que la vida está en manos de Dios. No seas como el niño impaciente que lee un cuento y salta las páginas para ver como acaba la historia.

- Pero no confundas el ¨no preocuparte¨, con el ¨no ocuparte¨ de hacer lo que debas por resolver tus problemas, de trabajar por procurarte un futuro bueno. El abandonarse en las manos de Dios no significa que te quedes sentado a que se resuelvan tus problemas y todo te caiga del cielo, significa ser responsable, poner todo lo que está en tus manos y después, dejar, confiar, abandonar el resultado en manos de Dios.

ORAR MUCHO

- Para conseguir la ayuda de Dios, debes pedírsela en la oración.
- En ocasiones Dios te hace esperar, otras veces rectifica lo que le has pedido y te concede lo que realmente necesitas; otras màs, no te concede lo que pides, porque sin darte cuenta estás pidiendo un mal que tú crees que es un bien.

- Tu oración debe de ser :
a) con humildad--- reconociendo que tú solo no puedes nada y que Dios puede todo.
b) con constancia --- pedir todos los días.
c) con perseverancia --- seguir pidiendo , aunque no sientas respuesta.
d) con confianza --- sabiendo que Dios es tu Padre que te ama y busca tu bien.
e) con serenidad --- porque Dios sabe bien las necesidades que tienes, lo sabe mucho mejor que tú.

LA VOLUNTAD DE DIOS

- Muchas veces los hombres no sabemos lo que es bueno para nosotros, y lo peor es que creemos saberlo. Tú tienes tus propios planes para tu felicidad, y demasiado a menudo miras a Dios simplemente como alguien que te ayudará a realizarlos.
- Las cosas son totalmente al revés. Dios tiene ¨sus planes¨ para tu felicidad y está esperando que le ayudes a realizarlos. Y quede bien claro que tú no puedes mejorar los planes de Dios.
- Reflexiona esto una y otra vez, todos los días y entonces podrás abandonarte con serenidad, incluso ante la dureza de aquello que no comprendes y que te causa dolor y preocupación.
Nunca olvides que Dios te quiere feliz aquí en el mundo, pero te quiere aún más , feliz con Él para siempre en el cielo.

- La SANTIDAD es conocer, amar y cumplir la voluntad de Dios. Amar y cumplir con alegría aquello que Dios te manda cada día a lo largo de tu vida.

PROPÓSITO DEL MES :
- Este mes rezaré todas las noches la oración de la portada y confiaré mis penas, mis dolores, mis problemas en manos de mi Padre Dios.


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Alabanza a Dios

Alabanza a Dios

 

Alabanza a Dios

– La importancia de la Alabanza
La alabanza a Dios es algo que ofrecemos en reconocimiento de la excelencia de Dios. Podrías pensar que alabar es lo mismo que decir “gracias”, pero existe una diferencia. El agradecimiento describe nuestra actitud hacia lo que Dios ha hecho, mientras que la alabanza es ofrecida por quien es Dios. El Salmo 18:13 dice, “Invocaré a Jehová, quién es digno de ser alabado...”

¡A todos los creyentes se les manda a que alaben a Dios! De hecho, Isaías 43:21 explica que la alabanza es una de las razones por las cuales fuimos creados, “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.” Hebreos 12:15 confirma esto: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesús, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre.”

La alabanza se origina en un corazón lleno de amor hacia Dios. Deuteronomio 6:5 dice, “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” ¿Eres cristiano? Si es así, sabes que amas a Dios porque ¡Él te amó primero! Sin el amor de Dios, cualquier alabanza que puedas ofrecerle es hueca. El amor, nacido de una relación con Dios a través de Jesucristo, es una parte esencial de tu alabanza.

Alabanza a Dios – Cómo Alabar a Dios
¿Cómo puedes alabar a Dios? ¿Qué debes hacer para que la alabanza sea una parte integral de tu vida? La alabanza puede ser expresada en una canción, en verso (poesía), o en oración ¡y debe ser continua! El Salmo 34:1 instruye, “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.” El Salmo 71:6 dice, “En ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza.”

                                                    

La alabanza hacia Dios es expresada externamente a través de nuestras acciones diarias, de igual modo internamente en nuestros pensamientos. La alabanza es un acto de adoración cristiana.

“¿Dónde comienzo?,” te preguntarás. “¿Cómo empiezo a alabar a Dios?” Si alabar a Dios es algo nuevo para ti, trata de alabarle por lo que Él es para ti personalmente. ¡Proclama que la bondad de Dios es sin medida; es abundante e inmensurable! A continuación, algunas maneras para comenzar:

  • Alaba a Dios por Su santidad, misericordia y justicia (2 Crónicas 20:21, Salmos 99:3-4)
  • Alaba a Dios por Su gracia ( Efesios 1:6)
  • Alaba a Dios por Su bondad (Salmos 135:3)
  • Alaba a Dios por Su cuidado (Salmos 117)
  • Alaba a Dios por Su salvación (Efesios 2:8-9)

                                                          

¡La alabanza a Dios puede ser ofrecida en cualquier lugar! Con el tiempo, será tan normal como respirar. A veces alabamos a Dios interiormente como en el Salmo 9:2, “Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.” En otras ocasiones tenemos la oportunidad de dar gloria y alabanza a nuestro Dios públicamente. El Salmo 22:22 dice, “Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te alabaré.” ¡Busca oportunidades para llevar alabanza a Dios!

Alabanza a Dios -- ¿Quién Alaba a Dios?
¡La alabanza a Dios, que es ofrecida particularmente por Sus hijos como una expresión libre de sus corazones agradecidos, será algún día ofrecida por todos! La Biblia dice que cuando Él regrese, toda la humanidad le alabará y lo reconocerá como Señor. Él es Rey de toda la tierra. Cuando reconocemos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nuestros corazones anhelan alabar Su nombre. Filipenses 2:9-11 nos dice que Su nombre representa Su ser, describiendo quién es Él, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

La Biblia también dice:

  • Toda la naturaleza alaba a Dios (Salmos 148:7-10)
  • El sol, la luna y las estrellas le alaban (Salmos 19:1 y 148:3)
  • Los ángeles le alaban (Salmos 148:2)
  • Aún la ira de los hombres es usada por Dios para Su alabanza (Salmos 76:10)
  • A los niños hay que enseñarles a alabar a Dios (Salmo 78:4

Alabanza a Dios -- ¿Proclamas Su Alabanza?
Tu alabanza a Dios es evidenciada a través de tu salvación. 1 Pedro 2:9 dice, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

                                                    

¿Cómo le ofreces alabanza a Dios hoy? ¿Lo conoces como tu Salvador y Señor? Si no, ¿por qué no empezar ahí? Aprende más acerca de la salvación. Cuando otros te miran, ¿ven un reflejo de la alabanza a Dios? El Salmo 113:3 declara, “Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová.”

Amor a Dios

Amor a Dios

Amor a Dios

El principio fundamental ético de las relaciones de uno con Dios debe ser el amor a Él. «¡Amarás al Señor tu Dios! (…)», este fue el mandamiento del Antiguo Testamento al que Jesús le consideró lo más importante en Su Enseñanza (Marcos 12:28-34).

                         

El amor a Dios incluye la atracción hacia Él: la atracción por encontrarse, contactarse y unirse. La Unión con el Padre Celestial es la Meta Más Alta y la Última. Sin amor-atracción a Él, esto no puede lograrse.

Pero estaría equivocado, si todos empezáramos a pedirnos unos a otros: «¡Ama a Dios! ¡Ama a Dios!», y nos pusiéramos a leer oraciones y a hacer reverencias todo el día. Esto sería algo absurdo. Sin embargo, hay personas que se comportan exactamente así.

Nosotros ya hemos discutido que sólo los buscadores intelectual y éticamente maduros son capaces de conocer a Dios el Padre. La tarea del resto de las personas es esforzarse conscientemente por esta madurez, recibiendo educación y trabajando por el bien de Dios y de las personas, aprendiendo a amarlas a ellas y a todo.

Es más, Dios sólo puede ser conocido a través del trabajo meditativo; pero si uno hace participar en esto a personas inmaduras, ellas convierten un trabajo serio en un juego infantil, que a veces puede conducir a las perversiones éticas groseras. Esto puede producir incluso enfermedad mental.

Las observaciones prácticas demuestran que es mejor detener a muchas personas lejos del ímpetu religioso: de todos modos, ellos no pueden hacer allí nada bueno. Por ejemplo, en Rusia en la actualidad hay muchos grupos pseudo-religiosos y comunidades, donde la ideología de las personas es una mezcla de orinoterapia (cuando las personas toman su orina), fascismo y astrología; al mismo tiempo, ellos tienen íconos de la ortodoxia en sus casas, pintan huevos de Pascua y se consideran cristianos. Y si tales personas empiezan a practicar el espiritismo o establecen «contactos telepáticos» con «representantes de civilizaciones extraterrestres» y, después de eso, ceden al temor místico (lo que es bastante fácil en tales casos), entonces incluso los psiquiatras no pueden ayudarlos.

El otro ejemplo típico en Rusia de camino a la esquizofrenia es cuando las personas, incapaces de comprender algo serio sobre Dios, se sumergen en un ambiente religioso primitivo, donde obtienen sólo ideas sobre el mundo lleno de demonios, vampiros, brujos y «zombis». ¡Es mucho mejor si ellos serían ateos en lugar de aceptar tal «fe»!

Nadie explicó a estos pobres, en una forma comprensible, lo que es Dios, dónde encontrarlo, lo que Él nos enseña, y lo que debemos hacer sabiendo que Él existe; y que debemos buscar con la mente a Él y no a los demonios o diablos, porque en lo que pensamos, realmente lo atraemos con nuestra atención.

Así que, si hay Dios, ¿qué es entonces lo que tenemos que hacer?

Primero, por lo menos intentar acordarse de Su existencia, percibirlo como nuestra Meta y buscarlo al principio intelectualmente.

Segundo, esforzarse por perfeccionarse para cumplir Su Voluntad («Sean perfectos, así como su Padre en el Cielo es perfecto» (Mateo 5:48)). Esto incluye: a) el auto-desarrollo intelectual por todos los medios posibles, b) la transfiguración ética de uno mismo a través del estudio de Su Voluntad para nosotros, fomentando cualidades positivas conscientemente en uno mismo y la lucha contra las negativas, y también a través de servir a otras personas, ayudándolas en todo lo bueno, intentando facilitar sus vidas terrenales y su crecimiento espiritual.

En particular, ayudando a otras personas, nos perfeccionamos, aprendiendo, bajo la guía de Dios, el Amor, la Sabiduría y el Poder, tres aspectos principales de la Perfección. Este proceso marcha con más éxito, si pedimos a Dios que nos ayude en este servicio y mostramos sensibilidad a Sus consejos e instrucciones que pueden venir a nosotros en forma de Revelaciones, sueños, acciones y avisos dados por Él a través de otras personas, libros, etc.

¿Pero qué debemos hacer si no tenemos amor por Él, pero queremos tenerlo? Resulta difícil enamorarse de Dios a Quien no podemos ver ni experimentar; y para muchas personas es incluso imposible en el futuro cercano. Por eso, Jesús propuso: ¡primero, aprendan a amarse los unos a los otros, desarrollen su habilidad de amar a través de esto!

El amor es una emoción. Una emoción es un estado de conciencia. El amor también es un estado de la Conciencia de Dios.

La cólera exacerbada es un estado de los habitantes del infierno. El odio nos lleva al infierno. Al contrario,

 si tenemos amor, eso puede llevarnos a Dios.

                                                 

 

El Plan De Dios Para La Salvación

El Plan De Dios Para La Salvación

 

        Amigo mío: Te voy a hacer la pregunta más importante de tu vida. El gozo o la tristeza que experimentes en la eternidad dependen de tu respuesta. La pregunta es: ¿Estás salvado? La pregunta no es cuán bueno eres, o si perteneces a alguna iglesia, sino ¿estás salvado? ¿Estás seguro que irás al cielo cuando mueras?

Dios dice que para ir al cielo, tienes que nacer de nuevo. En Juan 3:7, Jesús le dijo a Nicodemo, “Os es necesario nacer de nuevo”. Dios nos da en la Biblia el plan de cómo nacer de nuevo, o cómo salvarse. Su plan es muy sencillo y tú puedes salvarte el día de hoy. ¿Cómo?

En primer lugar, amigo mío, debes reconocer que eres pecador. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Por cuanto eres pecador, estás condenado a la separación eterna de Dios. “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6.23). Esta muerte incluye una separación eterna de Dios en el infierno. “ . . . está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27.

Sin embargo, Dios te amó de tal manera que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, como tu sustituto. El pagó por tu pecado en la cruz y murió en tu lugar. “ . . . por nosotros Dios lo hizo pecado [A Jesús, quien no conoció pecado] para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

Jesús tuvo que derramar su sangre y morir por ti. “Porque la vida de la carne en la sangre está”, (Levítico 17:11).

“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

Nuestra mente no alcanza a comprender cómo Jesús fue juzgado por todos nuestros pecados, pero Dios así lo afirma en su Palabra. Así que Jesús pagó por tu pecado y murió por ti. Esto es verdad, Dios no puede mentir.

Amigo mío, “Dios . . . ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Este arrepentimiento es un cambio de mente, es aceptar delante de Dios que eres pecador y necesitas apropiar lo que hizo por ti en la cruz.

En Hechos 16:30-3l, el carcelero de Filipos les preguntó a Pablo y Silas: “ . . . Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo . . . ”. Simplemente cree que él pagó por tus pecados, murió en tu lugar, fue sepultado, y resucitó. Esta resurrección le asegura al creyente que tiene vida eterna cuando recibe a Jesús como su Salvador personal.

Simplemente tienes que creer que él pagó por tus pecados, murió en tu lugar, fue sepultado y resucitó por ti. Luego invócalo. “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13. “Todo aquel” te incluye a ti. “Será salvo” no significa que quizá sea salvado, sino que afirma que será salvado. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

En Lucas 18:13 encontramos que el pecador oró: “ . . . Dios, sé propicio [misericordioso] a mí, pecador”. Seguramente te das cuenta que eres pecador. Ahora mismo, dondequiera que estés, dirígete a Dios y con tus propias palabras ora así:

“Dios, sé que soy un pecador. Creo que Jesús fue mi sustituto cuando murió en la cruz. Creo que su sangre derramada, su muerte, sepultura, y su resurrección fueron para mí. Lo recibo ahora como mi Salvador. Te agradezco el perdón de mis pecados, el regalo de la salvación y la vida eterna, por su gracia misericordiosa. Amén.”

Abrázate de Dios y su Palabra, y reclama esta salvación por fe. Cree, y serás salvo. Ninguna religión ni ninguna obra buena puede salvarte. Recuerda, Dios es el que salva.

Resumiendo, el plan de Dios es sencillo: Tú eres pecador. A menos que creas que Jesus murió en tu lugar, pasarás la eternidad en el infierno. Si crees en él como tu Salvador, crees que fue crucificado, sepultado y que resucitó por ti, recibirás por fe el perdón de todos tus pecados y el regalo de la salvación eterna.

Quizá piensas que esto no puede ser tan sencillo pero sí lo es, la Palabra de Dios lo afirma. Amigo mío, cree en Jesús y recíbelo como tu Salvador hoy.

Si este folleto no está perfectamente claro, léelo varias veces, pídele a Dios que te ayude a entenderlo, y no lo deseches hasta que lo entiendas y esta salvación sea tuya. Tu alma vale más que el mundo entero.

“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36). Asegúrate de ser salvo. Si pierdes tu alma, también perderás el cielo y lo perderás todo. Permite que Dios te salve en este momento.

Dios tiene el poder para salvarte para siempre. El también te va a permitir que vivas una vida cristiana victoriosa. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).

No confíes en tus sentimientos, pues ellos cambian, afírmate en las promesas de Dios, que nunca cambian. Después de que has sido salvado, hay tres cosas que tienes que practicar diariamente para crecer espiritualmente: Ora, de esta manera hablas con Dios; lee la Biblia, así es como Dios habla contigo; comparte esta salvación que has recibido con otros.

“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor,” (2 Tim. 1:8). “Si alguien me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32).