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Evelyn perez

Amor a Dios

Amor a Dios

Amor a Dios

El principio fundamental ético de las relaciones de uno con Dios debe ser el amor a Él. «¡Amarás al Señor tu Dios! (…)», este fue el mandamiento del Antiguo Testamento al que Jesús le consideró lo más importante en Su Enseñanza (Marcos 12:28-34).

                         

El amor a Dios incluye la atracción hacia Él: la atracción por encontrarse, contactarse y unirse. La Unión con el Padre Celestial es la Meta Más Alta y la Última. Sin amor-atracción a Él, esto no puede lograrse.

Pero estaría equivocado, si todos empezáramos a pedirnos unos a otros: «¡Ama a Dios! ¡Ama a Dios!», y nos pusiéramos a leer oraciones y a hacer reverencias todo el día. Esto sería algo absurdo. Sin embargo, hay personas que se comportan exactamente así.

Nosotros ya hemos discutido que sólo los buscadores intelectual y éticamente maduros son capaces de conocer a Dios el Padre. La tarea del resto de las personas es esforzarse conscientemente por esta madurez, recibiendo educación y trabajando por el bien de Dios y de las personas, aprendiendo a amarlas a ellas y a todo.

Es más, Dios sólo puede ser conocido a través del trabajo meditativo; pero si uno hace participar en esto a personas inmaduras, ellas convierten un trabajo serio en un juego infantil, que a veces puede conducir a las perversiones éticas groseras. Esto puede producir incluso enfermedad mental.

Las observaciones prácticas demuestran que es mejor detener a muchas personas lejos del ímpetu religioso: de todos modos, ellos no pueden hacer allí nada bueno. Por ejemplo, en Rusia en la actualidad hay muchos grupos pseudo-religiosos y comunidades, donde la ideología de las personas es una mezcla de orinoterapia (cuando las personas toman su orina), fascismo y astrología; al mismo tiempo, ellos tienen íconos de la ortodoxia en sus casas, pintan huevos de Pascua y se consideran cristianos. Y si tales personas empiezan a practicar el espiritismo o establecen «contactos telepáticos» con «representantes de civilizaciones extraterrestres» y, después de eso, ceden al temor místico (lo que es bastante fácil en tales casos), entonces incluso los psiquiatras no pueden ayudarlos.

El otro ejemplo típico en Rusia de camino a la esquizofrenia es cuando las personas, incapaces de comprender algo serio sobre Dios, se sumergen en un ambiente religioso primitivo, donde obtienen sólo ideas sobre el mundo lleno de demonios, vampiros, brujos y «zombis». ¡Es mucho mejor si ellos serían ateos en lugar de aceptar tal «fe»!

Nadie explicó a estos pobres, en una forma comprensible, lo que es Dios, dónde encontrarlo, lo que Él nos enseña, y lo que debemos hacer sabiendo que Él existe; y que debemos buscar con la mente a Él y no a los demonios o diablos, porque en lo que pensamos, realmente lo atraemos con nuestra atención.

Así que, si hay Dios, ¿qué es entonces lo que tenemos que hacer?

Primero, por lo menos intentar acordarse de Su existencia, percibirlo como nuestra Meta y buscarlo al principio intelectualmente.

Segundo, esforzarse por perfeccionarse para cumplir Su Voluntad («Sean perfectos, así como su Padre en el Cielo es perfecto» (Mateo 5:48)). Esto incluye: a) el auto-desarrollo intelectual por todos los medios posibles, b) la transfiguración ética de uno mismo a través del estudio de Su Voluntad para nosotros, fomentando cualidades positivas conscientemente en uno mismo y la lucha contra las negativas, y también a través de servir a otras personas, ayudándolas en todo lo bueno, intentando facilitar sus vidas terrenales y su crecimiento espiritual.

En particular, ayudando a otras personas, nos perfeccionamos, aprendiendo, bajo la guía de Dios, el Amor, la Sabiduría y el Poder, tres aspectos principales de la Perfección. Este proceso marcha con más éxito, si pedimos a Dios que nos ayude en este servicio y mostramos sensibilidad a Sus consejos e instrucciones que pueden venir a nosotros en forma de Revelaciones, sueños, acciones y avisos dados por Él a través de otras personas, libros, etc.

¿Pero qué debemos hacer si no tenemos amor por Él, pero queremos tenerlo? Resulta difícil enamorarse de Dios a Quien no podemos ver ni experimentar; y para muchas personas es incluso imposible en el futuro cercano. Por eso, Jesús propuso: ¡primero, aprendan a amarse los unos a los otros, desarrollen su habilidad de amar a través de esto!

El amor es una emoción. Una emoción es un estado de conciencia. El amor también es un estado de la Conciencia de Dios.

La cólera exacerbada es un estado de los habitantes del infierno. El odio nos lleva al infierno. Al contrario,

 si tenemos amor, eso puede llevarnos a Dios.

                                                 

 

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