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Evelyn perez

¿Cómo puedo llevarme bien con mis profesores?

¿Cómo puedo llevarme bien con mis profesores?

 

¿Cómo puedo llevarme bien con mis profesores?

Este es un problema más o menos serio, en algunos casos.

Bueno, te vamos a contar parte de nuestra experiencia. Uno de nosotros, Eliseo, hizo clases durante unos 14 años a adolescentes y jóvenes, y la verdad es que él conoce la realidad desde el otro lado.

Así que, vamos a oírle a él ahora.

"Al decirles algunas cosas, voy a ponerme en tu lugar. Lo básico en este asunto parte de lo siguiente: El profesor representa, en el Colegio, la autoridad de Dios, y él merece todo el respeto. Así como el padre y la madre representan la autoridad de Dios en el hogar, el profesor la representa en la Escuela. De manera que este es, para los jóvenes creyentes, un asunto espiritual, que conlleva una demanda espiritual. Los creyentes están llamados a vivir la vida cristiana más alta en el hogar y en la escuela. Si tienen claro esto, tendrán la actitud correcta hacia sus profesores, los respetarán, y no tendrán mayores problemas."

"Por otro lado, tú no vas a ganar absolutamente nada con "echarte encima" ("provocar la enemistad de") a los profesores. Eso es una cosa que tiene que quedarte muy clara: Difícilmente el profesor va a perder. Él tiene años de trayectoria, tiene estudios más avanzados que tú, y tiene la autoridad: lo tiene todo para ganar."

"Tú eres uno entre mil en la vida de ese profesor, pero para ti lo que ese profesor te pueda enseñar (o dañar) es tremendamente importante. La calificación que él te va a poner, es muchísimo más valiosa para ti que para él. Para él, tú puedes ser sólo un número más; en cambio, para ti ese número (o letra) que él te ponga tiene un tremendo valor. ¿Se dan cuenta que es absolutamente necio "hacer fuerzas" con el profesor? "

"El sistema está dado y está hecho para que siempre ese juego lo gane el profesor. Y aun supónte que en algún momento el alumno le gane, ¡ya, le ganó!, el curso lo aplaudió, el profesor quedó un poco avergonzado (o molesto), pero, ¿qué más ganó el alumno aparte de eso? Nada más. Por el contrario, después, tal vez vengan consecuencias, quiéraslo o no."

"Probablemente ese profesor no sea un cristiano, así que no va a tener la capacidad de perdonarte a ti por lo que le hiciste, y buscará la manera de perjudicarte. Porque él es un hombre, un hombre que se sintió herido, que se sintió avergonzado y humillado por ti delante de muchos jóvenes, ¿cómo podría después favorecerte? Él no te va a pagar a ti bien por mal, difícilmente, a menos que sea un creyente."

Veamos algunas citas bíblicas que te pueden ayudar.

Eclesiastés 7:9 habla de no enojarse, de que no es sabio, de que es tonto enojarse. Un alumno que se enoja contra su profesor, es un alumno que no es sabio; hay que reprimir la ira, hay que entregar el asunto al Señor si es que se ha sido objeto de alguna injusticia.

En Santiago 3:12 se habla acerca de tener control sobre la lengua y sobre las palabras. Nosotros nos exponemos muchísimo por causa de la lengua. Ella puede sembrar cosas que después no podremos remediar del todo. Que tu lengua esté controlada, y que con ella hables bien de tus profesores.

En 1ª de Pedro 2: 18-19 se habla acerca de que es necesario, no solamente tener respeto con los superiores que son buenos y afables, sino también con los que son difíciles de soportar, "Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente".

Es posible que más de alguna vez tú hayas sufrido injustamente. Pero ¿sabes? El Señor mira todas las cosas y Él es poderoso para hacer que si un profesor te perjudicó con un punto en una prueba, haya otro después que te bonifique un punto, y tal vez dos puntos; y el Señor te dará gracia para contestar esa pregunta que tú no sabías, y con esa pregunta ganaste diez puntos, y cosechaste el 10 por 1 de lo que perdiste con aquel punto que el profesor te perjudicó.

¿Te das cuenta que hay Uno que te hace justicia arriba, no es necesario que tú te la hagas? Y después, cuando tengan Consejo los profesores, y analicen la situación de cada alumno, entonces ellos dirán: "Ese chico, esa chica, es esforzada, respetuosa". Una de las cosas que más aprecian los profesores es la actitud de respeto hacia ellos. Puede haber un alumno muy inteligente, muy capaz, pero si es un alumno grosero, impertinente, entonces los profesores lo tienen en muy baja estima.

Amado hermano joven, ¿te ganarás la enemistad de tus profesores? No, por favor, no lo hagas. Si has sufrido injustamente, ponlo todo en las manos del Señor, y ten una actitud mansa. Y si en algún momento tienes la posibilidad de plantearte, hazlo con mansedumbre, con mucho respeto, ¡y en privado!. Por favor, no discutas con un profesor en público, no recrimines a un profesor en público, pide hablar con él, en privado, así él no se va a sentir ofendido y humillado delante de otros.

Una de las cosas que el profesor valora es que su autoridad no sea amenazada. Si hay una persona en el mundo que sabe acerca de la autoridad, de cómo funciona, de cómo tiene que ser respetada, ese es el profesor.

Aquí tenemos un ejemplo: ¿tú recuerdas cuando David pecó? David cometió un pecado grave, en aquel tiempo él era el rey, era poderoso, ¿quién se atrevería a ir donde el rey y decirle: "Mira, rey, pecaste, arrepiéntete, Dios te ha sorprendido en una falta, tienes que arrepentirte?" ¿Quién se atrevería a ir donde el rey David y decirle como le dicen algunos alumnos a sus profesores: "¡Profe, usted se equivocó!".

La única persona que podía decirle eso a David era Natán, el profeta, y pese a que Natán era profeta de Dios, un hombre sabio y con la autoridad del Cielo, ¿sabes?, él no fue a decirle: "Rey, pecaste", sino que llegó allá con mucha humildad, y le contó una historia, una pequeña parábola: "Había un hombre que tenía una sola ovejita, había otro hombre que tenía muchas ovejas, y en vez de tomar de lo suyo que tenía en abundancia fue y mató la oveja, la única oveja que ese hombre tenía, ¿qué castigo crees tú que merece el que cometió tal acción?. Entonces el rey le dice: "Ese hombre merece la muerte", y en ese momento Natán le dice: "Oh rey, tú eres ese hombre". Entonces el rey se da cuenta, y se siente sobrecogido y en vez de enojarse con Natán, se humilla delante de Dios.

Nosotros conocemos el Salmo 51, que es fruto de esa humillación de David. Pero Natán no fue así en forma imperiosa, irascible, ni le tiró encima su pecado. No, él preparó el corazón del rey, usó de inteligencia y sabiduría. Cuando tú quieras hablarle a un profesor, o a una persona mayor, en general, sobre todo para hacerle ver alguna supuesta falta que él haya cometido, sé también sabio. No le digas: "Profe, me quitó un punto", sino: "Profesor, ¿por qué no revisa la prueba, por favor? No sé si estoy equivocado y conté mal, pero me parece que hay un problema en el puntaje." O sea, asume que tal vez tú estés equivocado, luego, si los hechos son reales, si el error existió, el error tiene peso por sí mismo; no es necesario que tú le añadas peso, porque eso va a ser ofensivo. Parece que esto está más o menos claro.

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